Tendencia boomerang: La pandemia económica y la teoría rosquilla para enfrentar la crisis.

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Leobardo Rodríguez.

Una de las afirmaciones más recurrentes que se hacen desde que inició la pandemia del nuevo coronavirus, refiere que además de afrontar la crisis sanitaria generada por el virus, tendremos que lidiar con la grave recesión económica mundial, prevista superior en efectos a la de 1929. El mundo se está enfrentando a otra pandemia, la económica.

De acuerdo con los analistas internacionales, el COVID-19 ha afectado a la economía mundial de tres maneras principales: mermando directamente la producción, creando trastornos en la cadena de suministro, y por su impacto financiero en las empresas y los mercados financieros. Es decir, nos estamos enfrentamos a un tiempo en el que existe escasez en la producción, comercialización y consumo de productos y servicios. Todo esto forma parte de un ciclo, por lo que al final – sin conocer siquiera la duración aproximada de la caída- se espera que venga la recuperación, aunque se asume que habrá muchos estragos y varios de ellos serán irreversibles para generaciones enteras.

De acuerdo con las previsiones del Banco Mundial, la economía mundial se reducirá en un 5.2 por ciento este año, se prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraiga 7 por ciento; que haya una diminución en los ingresos per cápita del 3.6% lo que provocará que millones de personas transiten a niveles de pobreza extrema tan solo en el 2020. 

En el caso mexicano, de acuerdo con cifras del IMSS, durante el mes de abril se registraron 555 mil 247 empleos formales perdidos, y aunque en la medición de mayo se observa una recuperación, el camino para volver a los niveles de empleo previos al surgimiento de la pandemia será largo y exigirá medidas eficaces que permitan retomar el rumbo del bienestar.

En este contexto es que quiero sugerirles una lectura apasionante que muestra una forma distinta de mirar a la economía y que resulta muy oportuna para este momento de recesión económica. Kate Raworth, académica de la Universidad de Oxford, en su libro “La economía rosquilla”, plantea que el modelo económico actual, no funciona. Ha sido incapaz de predecir, y no digamos de reaccionar, ante las crisis financieras que han cimbrado los cimientos de nuestras sociedades. Sus obsoletas teorías han permitido la existencia de un mundo en el que persiste la pobreza extrema mientras la riqueza de los superricos aumenta año tras año.

La obra plantea algo que en las semanas pasadas fue esbozado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y que fue descalificado por sus desinformados y frenados adversarios: es un error seguir tomando como referencia exclusiva de crecimiento económico al Producto Interno Bruto (PIB), Raworth plantea que hay que desterrar este indicador y sustituirlo en un modelo circular compuesto por un anillo con un agujero en medio, con una forma de rosquilla o como la conocemos en México, con forma de dona.

El círculo principal de la rosquilla o de la dona, representa el espacio seguro y justo para el mundo, con un fundamento social de bienestar humano y su techo ecológico de presión planetaria; un espacio donde se garantizan las necesidades vitales básicas, lo que la propia autora considera una auténtica brújula para el desarrollo del siglo XXI.

Fuera del círculo central/virtuoso, se ubicarían todos los excesos cometidos por el modelo económico vigente: sobre explotación de recursos naturales, cambio climático, carga de nitrógeno y fosforo, conversión de tierras, pérdida de la biodiversidad, contaminación atmosférica.

La modelo rosquilla plantea el cambio de siete formas de pensar en la actualidad a siete maneras nuevas de cómo ver la construcción del bienestar social. Una es abandonar al PIB como medida de crecimiento y crear nuevos indicadores de bienestar; pasar de la visión del mercado autosuficiente a la economía incardinada; del enfoque del hombre económico racional a una comunidad compuesta por humanos sociales adaptables; del equilibrio mecánico de mercado a la complejidad dinámica; de la idea de que el mercado nivelará todo a una distribución de la riqueza por diseño; de la afirmación de que el crecimiento corregirá todo a regeneración social por diseño; de la adicción al crecimiento económico al escepticismo con respecto al crecimiento. En pocas palabras cambiar el modelo neoliberal que plateaba como indicador rector al crecimiento, por un modelo en el cual se busque un desarrollo basado en actividades distributivas y regenerativas desde su origen, que el valor se comparta desde el inicio del ciclo y no sólo al final, propiciando redistribución de la riqueza.

El modelo rosquilla habla de economías solidarias, de agentes económicos que rompen con el supuesto del egoísmo y que se adaptan a un desarrollo en comunidad, de mejorar la relación con la naturaleza para poder utilizar de manera equilibrada los recursos. Los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU tienen es esta propuesta económica una base importante de su diseño.

Publicado en español por editorial Paidós, sin duda es una buena alternativa para estos días de confinamiento y para reflexionar cómo deberá ser el modelo económico que nos permita salir airosos en el combate de las dos pandemias. Es tiempo de solidarizarnos, cerrar filas y ayudarnos entre todos, sólo así, saldremos adelante.

Posdata 1: Will Smith confirmó en publicó un tema muy personal, relaciones extramaritales en su matrimonio, sin duda se llevó la peor parte. Uno de los involucrados no fue ni prudente, ni discreto, el rapero August Alsina lo contó todo y puso en jaque a la pareja. Como decía Carmelita Salinas, esto pasa hasta en las mejores familias.

Posdata 2: Murió Ennio Morricone, el maestro italiano que con su música construyó momentos inolvidables para el cine, la industria no se podría entender sin las piezas del maestro Morricone. Ganador de 7 oscares, 9 globos de oro, 6 BAFTA, 5 Grammys y 16 David de Donatello deja una huella profunda para los cinéfilos.