La ley de la corrupción

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Con la detención del general Cienfuegos nos hemos dado cuenta del nivel de corrupción que impera en el país, si los altos mandos están coludidos, ¿Qué esperar de los policías y demás servidores públicos de menor rango? ¿Realmente nos garantizan nuestra seguridad?.

En 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones prometió que acabaría con la corrupción, dijo que iba a implementar medidas que garantizaran la “limpia total del gobierno”, se suponía que llegaría el final de “la mafia del poder”, descripción celebre de nuestro mandatario a los antiguos gobernantes.

México es uno de los países con mayor número de casos de corrupción, en todos los niveles, no solo en la política y es una de las principales razones por las cuales ha crecido tanto la delincuencia organizada, (con todo lo que hemos visto ya sabemos porqué se le llama así) y gracias a la pandemia nos hemos dado cuenta de la magnitud de este problemas y como es que rezaga al país en sectores como la economía, salud, educación, tecnología, etc…

Corrupción como práctica habitual e idiosincrasia del pueblo mexicano, sí, porque la corrupción es algo cotidiano en nuestro país, desde el soborno al de vialidad para que no nos ponga una multa, hasta sobornos a docentes para pasar una materia, funcionarios públicos que se “ganan una propina” por emitir actas de nacimiento, no hay sector en el país que se jacte de ser impune ante esta situación que con el tiempo hemos normalizado.

Pero incluso, en los tipos de corrupción hay niveles, cuando los mandatarios son los que caen en esta práctica, es cuando se ve afectado de manera seria el país, un ejemplo de ello es el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, quién desvió miles de millones de pesos durante su mandato, además de ser inculpado de diversos cargos más y las consecuencias en el estado fueron graves, aumentó la pobreza y la violencia hacia los periodistas, además de descubrirse la fosa más grande en la historia reciente de México.

Ahora, con López Obrador al mando, las cosas podrían cambia en el aspecto que se podría enjuiciar a los ex presidentes, un hecho sin precedente alguno, pero, ¿Podría cambiar el rumbo del país? ¿Realmente serviría de algo? “Destapar la cloaca” de los sexenios pasados podría salir contraproducente para AMLO, ya que podrían salir nombres de personas en su propio gabinete, o incluso el mismo Obrador podría ser señalado de actos de corrupción, y de ser así ¿Qué seguiría para el país?; la propuesta de llevar a juicio a los expresidentes fue respaldada por 2.5 millones de mexicanos que tienen ganas de “saber la verdad”, ¿Realmente queremos saber todo el trasfondo?.

Ante esta situación, diversos críticos señalaron que es innecesaria la consulta y que si por decreto del presidente se tienen que realizar estas acciones se deben de hacer sin previo aviso y que todo esto solo es una distracción de los verdaderos problemas del país, la caída de la economía, la inseguridad y el rezago que se vive actualmente.

México podría formar parte del tratado anticorrupción que se ha extendido por toda América Latina, por que sí, este problema no solo perdura en México, los demás países latinoamericanos se encuentran en situaciones muy parecidas a las nuestras, la corrupción no conoce de fronteras, tan solo en lo últimos cinco años, expresidentes han sido declarados culpables de crímenes relacionados con la corrupción en Honduras, El Salvador y Brasil; y han sido acusados de cometer delitos similares en Guatemala, Perú, Argentina, Panamá y Bolivia. México, por desgracia, no sería la excepción.

Pero las políticas anticorrupción son un “arma de doble filo” porque el mandatario en turno lo puede ocupar para “deshacerse” de sus enemigos políticos y sería una forma de limpiar el camino hacia un autoritarismo, porque se habla de juicio a expresidentes, mas no al presidente en turno; básicamente “misma basura, diferente basurero”.

En México, hay dos expresidentes que son los más señalados por la opinión pública y el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador: Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Calderón es señalado por tener conocimientos de sobornos cuando el tenía el mando del país, y Peña Nieto es señalado de crear un esquema de corrupción en el gobierno federal, además que a ambos se les imputa el delito de corrupción y nexos con el narcotráfico. De los dos mandatarios, solo Felipe Calderón se ha pronunciado al respecto y ha dicho que las acusaciones son un acto de persecución política y venganza por parte de AMLO y MORENA.

Ante el tema de la corrupción, nadie es inmune, incluso el hermano de Obrador, Pío, se ha visto envuelto en un escándalo en donde se le ve recibiendo bolsas de papel con dinero en efectivo, mismo que presuntamente fue utilizado para la campaña de Obrador, ante esta situación el presidente declaró que el dinero eran aportaciones a su campaña, aportaciones que se hicieron de manera legal y sentenció “Si un familiar comete un delito, debe ser juzgado, sea mi hijo, mi esposa, mis hermanos, mis amigos, quien sea”. La corrupción llega a todos los niveles.

Información: The New York Times