Todo comienza con las elecciones para la presidencia de los Estados Unidos, ahí, López Obrador mostró su apoyo incondicional al aún presidente Donald Trump.
Acto seguido, Joe Biden es declarado ganador de manera oficial y Obrador en lugar de felicitarlo por la victoria hace totalmente lo contrario, decide no “adelantarse” al proceso electoral y hace esperar al presidente electo de los estados unidos para la felicitación, sabiendo lo que eso implicaría para ambos países, pero no, él decidió seguir apoyando a Donald Trump más que por cuestiones políticas, por cuestiones personales, quién sabe qué favor o favores le debe.
Pero la novela al puro estilo mexicano continuaba, y es que AMLO modificaba la política de asilo para hacerle el trabajo sucio al gobierno de Estados Unidos y, para no perder la costumbre, complacer a Donald Trump. Ahora, López obrador retoma y termina de abrir la brecha entre la ya afectada política entre Estados Unidos y México para ofrecer un asilo político a Julian Assange, quien es buscado por espionaje en Estados unidos. Una muestra clara de lo que nos depara el destino.
“López Obrador parece estar haciendo un esfuerzo casi sobre humano para romper la relaciones con los Estados Unidos justo en las vísperas de la presidencia de Joe Biden”
Poder Ciudadano MX
Y, aunque parezca increíble la cita anterior, el presidente de México, Andrés Manuel López Orador ordenó, sí, ordenó al canciller mexicano Marcelo Ebrad pedir al Reino Unido que liberaran a Julian Assange, ahora la cita cobra sentido.
Lo más seguro es que la iniciativa termine de mala manera, ya sea porque no logré “salvar” a Julian o por el simple echo de ofrecer protección a una persona que dañó profundamente las relaciones de Estados Unidos con el mundo. México, el país donde todo es posible.
No es la primera vez que Obrador ofrece asilo político a algún funcionario de otro país, no olvidemos al expresidente de Bolivia, Evo Morales que junto con un número desconocido, como los motivos para realizar estas acciones, de venezolanos y ecuatorianos vinculados a esos gobiernos que tanto daño hicieron a sus pueblos.
Si Andrés Manuel López Obrador quiere realmente tener una política independiente sin subordinación a Estados Unidos, apoyémoslo todos y dejemos atrás la humillación sistemática de Trump al presidente de México, pero la única condición será que cuando regrese a Washington muestre los “colmillos” y no corra a ponerse a su servicio incondicional y deje de tratar a México como “moneda de cambio” para hacer “amigos”.
