México, paraíso fiscal para los ricos

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Muchos en la clase media mexicana creen que aumentar el cobro de impuestos los puede perjudicar. En realidad, una reforma fiscal en la que los ricos paguen más, les beneficiaría.

Cuando la clase media mexicana escucha que en 2021 habrá una reforma fiscal se imagina pagando más impuestos. El temor es justificado.

Alrededor del 42 por ciento de los impuestos recaudados en México provienen de los estratos medios de ingreso. Esto se debe a que existen varios impuestos en los que las personas de clase media pagan más que los ricos (quienes ganan en promedio 189.000 pesos o más al mes).

El ejemplo más obvio es el impuesto al valor agregado (IVA), el segundo gravamen más grande de México. Las clases medias pagan en promedio el 7,2 por ciento de su ingreso en IVA, mientras que la clase alta solo el 6,8 por ciento.

El caso de la seguridad social es particularmente grave. Los estratos medios no solo pagan la mayoría de las cuotas, sino que son víctimas de reducciones a sus salarios como resultado de ellas. Estudios han mostrado que las cuotas de seguridad social reducen los salarios de los trabajadores, incluidos los de clase media, hasta en un 67 por ciento porque los empleadores ajustan las remuneraciones a la baja para cubrirlas.

Está claro: el sistema fiscal mexicano es profundamente injusto con la clase media. Y, sin embargo, no hay muchos intentos de esta para pedir una reforma más equitativa.

Muchas veces parece que las clases medias son víctimas de una especie de síndrome de Estocolmo: operan políticamente como si estuvieran prendadas de los sectores ricos —sus captores— y defienden que los impuestos no suban para nadie, aún si un incremento de impuestos para los más ricos podría beneficiarlos a ellos.

Esto se debe a al menos dos mitos que la clase media se ha creído.

El primero es que el Estado mexicano despilfarra y que, por ello, no se le pueden dar más recursos hasta que aprenda a gastar bien. El Tren Maya y la refinería de Dos Bocas se ven como ejemplos icónicos de este despilfarro y como razones suficientes para no querer darle más dinero al gobierno.

La realidad, sin embargo, es otra. No alcanza el dinero estatal para hacer despilfarros.

El cobro más justo de impuestos debe dar pie a un México donde los más ricos subsidien servicios de calidad para las clases medias y las bajas. Para lograrlo, la clase media debe dejar de aliarse con los ricos y comprender que lo que les conviene es demandarles que paguen más.

Así, los ricos mexicanos viven en un paraíso: pagan menos impuestos que los ricos de Argentina, Chile, Perú, Uruguay y la República Dominicana. Esto no se debe necesariamente a que las tasas de impuesto sean menores en México sino a que hay múltiples formas de evadir el pago de impuestos para los ultraricos. En México, según una investigación que pronto publicaré sobre el tema con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, las personas que ganan, en promedio, entre 22 y 65 millones de pesos al mes pagan la misma tasa efectiva de impuesto que alguien que gana 23.000 pesos al mes. (Esto se calcula a partir de datos abiertos suministrados por el Sistema de Administración Tributaria mexicano y estimaciones de ingreso ajustadas por evasión fiscal).