Carmen Lilia, quien dice representar los principios de la Cuarta Transformación, acumula propiedades por más de 82 millones de pesos; tan solo su casa tiene un valor de 10 millones de pesos y 32 departamentos de 140 mil dólares cada uno, según consta en documentación oficial; cínicamente ella abandera el lema: “los corruptos ya se van”.
Sus propiedades están plenamente identificadas en el complejo Shiloh Tow y en otros puntos de Nuevo Laredo, además de su casa en Laredo, Texas, con valor de 8,5 millones de pesos; en su mayoría estos bienes fueron adquiridos en el 2015, lo que demuestra que su paso por los diferentes cargos públicos le ha servido para amasar grandes fortunas.
Esta información ha generado indignación entre la ciudadanía, pero además entre los propios militantes y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional, quienes rechazan que Carmen Lilia los represente, por lo que han decidido renunciar públicamente a Morena y sumarse a la abanderada del Partido Acción Nacional, Yahleel Abdala.
El rechazo de la sociedad crece a medida que se descubre la enorme fortuna de Carmen Lilia, misma que ha hecho al amparo de negocios turbios desde el poder público. “Para eso quiere el poder, ella no representa los principios de austeridad y honradez que abandera Morena”, aseguran militantes que han tenido que abandonar al partido para no ser cómplices de esta situación.
Ningún servidor público, nadie que haya desempeñado un cargo público de manera honesta, podría haber adquirido esta fortuna inmobiliaria, sin duda ella y su hermano Carlos, han hecho negocios y han sido parte de un sistema corrupto que cínicamente hoy reprueban en sus mensajes de campaña.
